Tiene un lugar propio en el proceso de la iniciación Cristiana.
Jesús había anunciado a los Apóstoles: “Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros recibiréis fuerza para ser mis testigos”
El Sacramento de la Confirmación nos hace adultos en la Fe, nos da el Espíritu Santo y fuerza para dar testimonio, ante los hombres, de Jesucristo.